Los trastornos musculoesqueléticos (también conocidos como TME) son cualquier daño o trastorno de las articulaciones y/o musculatura que, generalmente, suelen afectar a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores y, en menor medida, a las extremidades inferiores.
Los TME en el ámbito de Ayuda a Domicilio
Los dolores y las lesiones de espalda se producen, generalmente, bien por el mantenimiento continuado de una postura, normalmente realizada de forma incorrecta, o bien por levantamiento de peso excesivo o mal realizado; por ejemplo al movilizar a los usuarios para su limpieza, al vestirlos o al levantarlos de la cama.
Los trastornos laborales de las extremidades superiores suelen producirse por movimientos repetitivos, como pueden ser los realizados al limpiar o fregar.
Las tareas concretas que las auxiliares realizan en la atención personalizada a cada persona usuaria, están enmarcadas dentro de dos tipos de servicios:
- Servicios relacionados con la atención personal en la realización de las actividades de la vida diaria.
- Servicios relacionados con la atención de las necesidades domésticas o del hogar: limpieza, lavado, cocina u otros. Estos servicios sólo podrán prestarse conjuntamente con los señalados en el apartado anterior.
Dentro de estos dos principales tipos de servicios, destacan las siguientes tareas concretas:
- Higiene y cuidado personal, ducha y baño incluidas.
- Ayuda para levantarse o acostarse.
- Apoyo en los cambios postulares, movilización, orientación tempo-espacial
- Compra y preparación de alimentos.
- Limpieza del hogar.
- Lavado y planchado de ropa.
En este tipo de tareas, las lesiones o enfermedades que con más frecuencia son contraídas por las trabajadoras que realizan el trabajo de ayuda a domicilio son los trastornos musculoesqueléticos.
¿Por qué son tan comunes los trastornos musculoesqueléticos en este tipo de trabajo?
Este tipo de trastornos se producen por la propia característica de la tarea:
- Trabajar con personas inmóviles, muchas de ellas con sobrepeso.
- Se ve agravado por deficiencias en la organización del trabajo, como puede ser la premura con la que las trabajadoras tienen que realizar las tareas.
- La falta de accesibilidad de las vivienda.
- Falta de formación de las trabajadoras.
- La ausencia de ayudas técnicas como grúas o camas móviles.
La falta de accesibilidad de las viviendas es un problema importante. Es muy frecuente que en los domicilios y en sus accesos haya puertas estrechas y pasillos por los que no caben sillas de ruedas.
Especialmente graves son las condiciones de trabajo de las auxiliares que trabajan en el medio rural porque encuentran viviendas muy antiguas y en muy malas condiciones para el servicio.
La formación e información como prevención
Se hace imprescindible una formación adecuada de las trabajadoras. La falta de formación es un riesgo en sí mismo, ya que la ausencia de formación específica aumenta la probabilidad de sufrir lesiones musculoesqueléticas, aumentando de forma adicional la generación de estrés.
Para facilitar el trabajo de las auxiliares, y prevenir la aparición de lesiones musculoesqueléticas, es recomendable el uso de grúas y camas articuladas, sobre todo en personas de mucho peso y movilidad reducida, así como cuartos de baño adaptados, en los que haya duchas en vez de bañeras, y en las que haya un fácil acceso a ellos.
Estas son algunas de las ayudas y prestaciones que puede proporcionarle la Junta de Andalucía a las personas con discapacidad.
Conclusión
Los problemas de salud abarcan desde pequeñas molestias y dolores, a cuadros médicos más graves que obligan a solicitar la baja laboral e incluso a recibir tratamiento médico. En los casos más crónicos, pueden dar como resultado una discapacidad y la necesidad de dejar de trabajar.
Los trastornos musculoesqueléticos son unos de los riesgos más frecuentes que pueden sufrir las mujeres en el ámbito de ayuda a domicilio y que pueden ocasionar baja laboral. Sin embargo y, en conclusión, sabemos que la mayoría de las veces podrían evitarse estos riesgos haciendo uso de las ayudas técnicas que faciliten la movilidad, y dando una formación a las trabajadoras sobre cómo manipular a los pacientes para sufrir el menor riesgo posible para ambos.
Recuerda que toda ayuda que pueda recibir el paciente, no sólo será beneficiosa para él, sino también para la trabajadora.