En este estudio hablaremos sobre los principales riesgos laborales de las auxiliares de ayuda a domicilio, entre los que se encuentran: los trastornos esqueleto musculares (conocidos como TME), enfermedades o lesiones más frecuentes contraídas en la prestación del SAAD junto a la exposición a riesgos de carácter psicosocial (el estrés, el malestar físico y psíquico que sufren las trabajadoras/es como consecuencia de la organización del trabajo).
Lo interesante del estudio es que analiza en detalle cómo la organización del trabajo (tareas, tiempo, relación con los usuarios, salarios, etc.) influyen en la salud laboral de las trabajadoras del sector.
A continuación, pasamos a describir brevemente los riesgos detectados en el estudio en relación a las características que definen el trabajo de las auxiliares de ayuda a domicilio.
Riesgos laborales de las auxiliares en las tareas realizadas
- Cuando las tareas a realizar se desplazan desmesuradamente al lado de limpieza respecto a las funciones de cuidado de las personas, se produce una falta de autoestima y de reconocimiento social.
- Situaciones de ambigüedad de rol, cuando no se sabe con exactitud qué tareas hay que realizar.
- Realizar tareas que le son impropias.
- Realizar tareas que exceden sus obligaciones, como realizar trabajos que corresponden a familiares o trabajadoras familiares (asistentas).
Respecto al tiempo necesario para realizar las tareas
El tiempo prescrito para realizar todas las tareas no siempre está ajustado, casi siempre, es insuficiente. Las auxiliares se ven un poco desbordadas y dicen que “hacen lo que pueden o lo que les dejan”. Ésto produce sobrecarga de trabajo al tener que realizar muchas tareas en poco tiempo, aumentando el riesgo de padecer lesiones músculo esqueléticas por trabajar de forma apresurada. Hay mayor riesgo de sufrir accidentes in itinere ya que, al tener varios centros de trabajo en distintas localizaciones, deben desplazarse frecuentemente.
Atención a personas con movilidad reducida, encamadas o con sobrepeso
Las trabajadoras tienen que enfrentarse a personas que tienen restringida su movilidad, muchas veces pasan todo su tiempo en la cama y, generalmente, tienen sobrepeso. Estas circunstancias hacen que tengan que hacer grandes esfuerzos, por lo que es frecuente la aparición de trastornos musculoesqueléticos, como lumbalgias, tendinitis, elongaciones musculares, etc. Con el tiempo, es frecuente la aparición de lesiones crónicas como artritis, artrosis, etc.
La relación con la persona usuaria y sus familiares
La calidad y naturaleza de las relaciones interpersonales —formales e informales— pueden determinar la existencia de ambientes laborales sanos, de cooperación o, por el contrario, afectar negativamente al ambiente laboral, pudiendo llegar a contribuir a la aparición de situaciones de conflicto grave y/o a generar estrés.
Muchas veces la relación con familiares y usuarios genera conflictos de convivencia, sobre todo, cuando las familias quieren que el trabajo de las auxiliares se decante más por las tareas de limpieza. Aunque no es la generalidad, existen casos concretos en los que se han relatado situaciones graves como acoso sexual o malos tratos verbales.
Percepción social de las auxiliares
En la percepción social sobre el trabajo de ayuda a domicilio, se recogen dos conjuntos de ideas muy diferenciadas.
- La percepción de quienes conocen el trabajo: responsables en empresas, en la Administración, coordinadoras, personas beneficiarias y las propias auxiliares;
- Y el que cada uno de esos actores cree que el resto de la sociedad tiene.
En el primer conjunto, no hay duda de que el trabajo de ayuda a domicilio y la labor que realizan sus profesionales está muy bien considerada por todos los actores.
Sin embargo, en el otro conjunto de ideas, este estudio recoge la opinión generalizada de que la falta de conocimiento de la sociedad sobre qué es el servicio y cuál es el trabajo que realizan las auxiliares genera una percepción social desvirtuada.
Cuando no se conoce el servicio, se concibe como ayuda para las tareas domésticas, “cuando alguien pide el servicio cree que es hacer la casa, limpiar los altos, las lámparas, los cristales”, señala una trabajadora social; y las auxiliares pasan a ser “las chicas de la limpieza”, con toda la connotación que ello tiene, incluso, a veces de jerarquía social.